Después que la muerte te pisa los talones, te muerde los tobillos, te arrastra los zapatos
se mete en tu esperanza y no de contrabando
llega sin previo aviso y hurga en tus papeles
después de que la muerte te adivina las cartas
te espía por rendijas
e interrumpe tu charla
después que la muerte inmortalmente celosa
te hace aquella escena
de gritos en la nada
después...
te esquiva la mirada.